sábado, 24 de diciembre de 2011

Navidad.

Es navidad. La navidad es un símbolo, es decimos mientras comemos un lechoncito: "es un símbolo, una excusa para reunirnos". Yo soy el menor y tengo veinte años, por lo que las coartadas de un panzón que no paga impuestos ni aporta a la AFIP no son necesarias.

No lo decimos con un profundo sentimiento de creencia. Es verdad, estamos comiendo bien vestido donde comemos siempre. Es como el cumpleaños de todos, es como un año nuevo menos importante, algo así como un "guarda que vengo" del 2012, en este caso.

Tengo planes. Me conecto un segundo a saludar a todos, porque es una fecha donde todos ablandan y se tratan bien entre sí. O por lo menos se esfuerzan por intentarlo. La Navidad es un momento en que me siento más en comunión con la sociedad. Creo que no hay que pensar en el pasado y revalorar a las personas una vez al año, sino todo el tiempo. Justo hoy, lo hacemos todos a la vez. Es como un fantástico "prende y apaga".

A Fran se le desocupa la casa (es decir, el único que queda ocupándola es él) y hace una invitación universal. Voy a ir, voy a encontrarme con mucha gente que me va a decir lo largo que tengo el pelo, lo flaco que estoy solo por decir algo, aquellos que me preguntan como me va en el año, si cambiarme de carrera me sirvió, como estoy con las chicas, si de verdad estoy de novio, que de donde es, que si estudia lo mismo que yo, que como la conoci. Escuchar sus historias, reirme. Amarlos a todos. Paralelamente, todos van a estar presumiendo lo bien que se sienten de poder descontrolarse por fin en todo el año. Lo divertido que va a ser, anécdotas de borrachos, chistes que ya no me causan gracias, chistes que aún lo hacen, humor negro, preguntas estúpidas, música que no soporto, música que amo, charlas interesantes, recuerdos.

Los que se vayan a bailar a las tres de la madrugada desalojan la casa. Como no me expresé contra todos cuando alardeaban lo drogados o borrachos que querían estar y lo felices que los hace liberarse de cadenas de las cuales tienen llave, me van a invitar. Que dale, que vamos todos juntos, que no nos vamos a ver hasta dentro de mucho tiempo, que me voy a matar de risa, que somos todos amigos, que el boliche se re pone, que me pagan los tragos si voy. Me voy a negar y me van a burlar con amor: "Te hacés el difícil".

Creo que en este punto realmente soy difícil. Yo quiero estar despatarrado. Liberar mi mente y sonreír en paz. Entender que la gente que está conmigo está ahi porque valen. Abrazar gente que no espera abrazos. Servirles gaseosa. Cantarles alguna canción con la guitarra, bailar con ellos. Decirles algún cumplido disfrazado, para confundirlos.

Antes que sumirme en un gentío que ostenta su ropa, su forma de bailar descolocados, su conocimiento de la canción de turno, su ingenio para el levante al ras, su desempeño frente a un vaso con líquido colorido, su aversión a lo que yo llamo diversión:

Antes que todo eso, prefiero ser feliz...


Y cantar Oxysakre:



(No apto para gente que se alborota con la palabra "concha" sea cual sea su acepción)



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