jueves, 2 de febrero de 2012

Neuro

Señor o Señora lector. Lo abajo escrito representa un estado de bloqueo, superado por un desconecto sobrio y voluntario del consciente. Es lo que se llama, casi despectivamente, un texto catártico. Es inédito y apenas con corrección ortográfica: mi orgullo me obliga a aclarar dicha naturaleza y a seguir con su vida, si no es un buen momento para sentirse miserable. Muchas gracias.

Planear me arruina la vida. No porque me condicione, no porque mi vida está estructurada: cuando planeo no estoy despatarrado como un filósofo griego, mirando los árboles, gritandole instrucciones al negro esclavo de turno. No, cuando planeo soy humano. Y según tengo entendido, los humanos no son buenos escritores. He decidido dedicar mi vida a una profesión donde lo que da dinero es el alma misma. Donde es enteramente UNO el que vale o no vale. Triunfar en esta profesión, es triunfar en la vida. No hacerlo, es sentir que no naciste para ello, o que simplemente no tuviste la suerte de vivir los hechos necesarios. Los que mejor lo hacen o están psiquiátricamente malditos, son drogadictos de buena cepa, son gente extremadamente particular en sus entornos, o son personas casi alienadas a esta tierra de consumo y plástico blanco.

Estoy atormentado. Pero Nietzche también lo estaba, Poe ni hablar, y eran fantásticos escritores. Qué hace bueno a un escritor? dudo que hacer preguntas de entrevista me vuelva uno de ellos. Ser escritor ha sido mi decisión más poderosa, autónoma, revitalizante y emocional que tomé. Me jacté de conocer y analizar los fenómenos. Como Feinmann, podía ver todo desde afuera, con un pequeño aire superior para quedarme tranquilo. Podía declararme totalmente en Orsai. Yo simplemente no estaba ni en un bando ni en el otro: estaba en el palco, contando billetes (intelectuales, digamos).

Pero hoy me arrastraron las corrientes a estudiar la carrera que no puedo dejar de esperar. Cuento días para que la facultad me tome otra vez y me ponga a producir, como una vaca ordeñando tinta. Yo soy la vaca, y me gusta serlo. La bravura de los toros sirve para reirse de ellos y para rematarlos de una estocada, tan fanfarrones que los vemos. Las vacas, en cambio, caminan por pastizales, con su pachorrez a flor de piel, y la mirada perdida. Si existiesen vacas esclavas negras de turno, quizás estarían dando mugidórdenes.

Planeo proyectos, tiro ideas y la que me suena divertida (Si, es el único criterio que tengo) la empiezo a poner en marcha.
Primero, tanteo las areas sensibles a mi al rededor: Juan, Duverney y otros compañeros que están buscando ESA idea, como yo. Ana, mi novia, que no tiene miedo en decirme que soy un imbécil. Después mis padres, que son gente grande y que saben de proyectos y de ideas (aunque no del ámbito). Desde entonces, más personas más alejadas y más duras a las ideas locas: gente random del facebook, amigos que no veo hace bastante, gente con la que hablamos por compromiso. Si la idea está un poco valorada, enfoco y arranco. Hasta ahora no he tenido éxito en ninguna, pero ha pasado poco tiempo y no han sido tantas. Aprendí a frustrarme. De hecho, me gusta.

Tengo miedos a escribir. La famosa máscara de supervivencia social. Éso me ataca cada tanto, diciéndome "no escribas esto", "vas a quedar como un inestable", "como le vas a hablar después de que lea eso?", "tampoco podes ODIAR a todo el mundo", "tampoco podés AMAR a todo el mundo", "tampoco podés ir de una punta a la otra con tanta facilidad". Si, puedo.

Hay muchas razones por las cuales creer que la vida no tiene sentido. Y esa sola razón basta para que tomemos la rienda de nuestra vida de caminos circulares y digamos "Quiero hacer este círculo, diferente al que está marcado en el pasto". Y que la vida haga círculos raros, se moje las patas al pedo, se raspe con ramas desubicadas, pero al final, si tenemos suerte y se nos suman más, encontremos una catarata o un manantial, para decir: Ahora el círculo es más hermoso. Nada más, seguir el camino y volver al principio. Nadie podrá decirnos que no hemos vivido.

Critiqué constantemente a las personas que escriben de manera catártica, porque se vuelven repetitivas, sin embargo, parece ser que no escribir esas astillas puede molestar mucho. Quiero ir a un bosque, caminar y escuchar el viento. Me quiero mojar los pies con agua helada. Quiero entender por qué la gente es tan avara. Quiero encontrarme a Zarathustra y decirle que Dios no sólo ha muerto, sino que se llevó el verdadero amor por lo misterioso consigo. Quiero amar todo, sin tener que cambiarlo. Quiero escuchar muchas campanas a lo lejos. Quiero caminar guiándome con ellas. Quiero entender a los animales. Quiero descubrir el ingrediente secreto de las cosquillas. Quiero abrazar a un árbol, y que me abrace de vuelta: que me pregunte "Qué nos hacen" y no saber que responderle. Quiero ver a un tigre a los ojos. Luchar con un panda. Quiero poder elegir lo que quiero. Pero no puedo.

Cientos de primeras palabras tienen las oraciones, que las gente las desarma. Qué pensará esa gente?. Qué hace la droga?, porque supuestamente gracias a ella, no tienen que temer. No entiendo. Le temo a muchas cosas que no existen. Le temo al futuro, le temo a la soledad, le temo a la censura. Le temo a quedarme sin lo que tengo, a un país, le temo a su seguridad. Le temo a tener que recordar todo, para contarselo a mis hijos y que crean, equivocados, que mis años fueron los dorados. Woody Allen tiene un buen punto con Medianoche en París. Le temo a los finales inconclusos, a la muerte poco heróica. Le temo a temer cosas sencilla. Le temo al miedo, porque me opaca. Le temo a lo opaco, porque no me deja ver al dolor a los ojos y decirle: Te extraño, pero nunca vuelvas.

Cómo sería la vida si la inventáramos? Qué es lo placentero y lo adictivo en huir de la realidad? Qué nos da la ficción? Por qué debemos ser menos miserables? Qué función tiene la pregunta?

La pregunta tiene la función de que entendamos la vida como algo más difícil que la mediocridad, y gastemos lo que nos queda de ella preguntándonos.

Qué hacemos para no ser uno más?

Siempre morimos antes de responder y siempre alguien se acerca un poco más a la respuesta en nuestro funeral.

Vivimos en los otros. Entendámoslo y actuemos en consecuencia.

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