“El
tema se encuentra escribiendo”. Esa frase ya indica que el tema existe, pero
que está oculto. Yo le pregunto al tema: ¿por qué te ocultás? ¿Qué le pasa al
tema que tiene que dejar la transparencia y taparse con sombras hasta la nariz,
deshilachando lo poco que queda de la integridad del escritor?
Tiene
miedo el tema, eso es lo que pasa.
Podemos afirmar, de hecho, que es miedo a la
utilización, a la explotación. Es como si el tema desconfiase del escritor,
creyendo que su rápida revelación podría herir su mismísima esencia.
Ejemplificando, si el verdadero amor se revelase a quién en virtud de su miopía
cardíaca no lo busca, el significado del amor tendría un gran golpe en su ego.
Ahora, si por el contrario, ese tema fuese hallado por el vigor de las letras, seguiría estando protegido.
Digamos
que el tema es como un tesoro oculto en un templo a lo shaolin. Que ese tema
debe ser encontrado por la ardua tarea de la meditación literaria. En ese caso,
no existiría la variedad. Es decir, estaríamos planteando que ese tema es uno
oculto, que existe una manera de hallarlo, pero está lejos. Que existe, pero no
está presente. En ese caso, ¿por qué querríamos el tema?
¿Bajo
qué motivación una persona que busca la felicidad en plazo fijo y sin intereses
dejaría lo poco que creé que ha logrado para internarse en un templo tibetano de
la oscuridad erudita/snob con el fin de descubrir un tema que se supone que
debe ser encontrado en la cotidianeidad y no en los confines más oscuros de la
propia mente?
¿Por
qué, por otra parte, no existe un Nokia 1100 neuronal con el cual iluminar escasamente
la oscuridad que se cierne sobre el sobrenombrado tema?
¿Qué
tal si el tema no debe ser encontrado, o simplemente la escritura acerca de él
se desploma sobre sí misma debido a la carencia de contenidos? ¿Y si el
esfuerzo es síndrome de estupidez y no un camino seguro al éxito y a la
satisfacción eterna o por lo menos lóngeva?
En
otras palabras: ¿Y si todo es en vano?
Me
encuentro bajo esa pregunta pequeña y todas mis respuestas no son capaces
siquiera de hacerle sombra. El tema sale victorioso, ofuscado y sonriendo cual
troll del internet, y se refugia en un nuevo huésped. Uno iluso, lejano al
papel y sus haberes.
La
pérdida me golpea. Hoy simplemente escribiré mucho acerca de lo poco que tengo
para escribir.
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